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Vehículo eléctrico cargando en una estación

 

 

Por qué el embalaje de los cargadores de VE debe empezar por el “unboxing”

El fenómeno del “unboxing” (abrir un producto nuevo nada más recibirlo) en las redes sociales suele ofrecer productos de estilo de vida muy demandados. Sin embargo, no es una tendencia asociada normalmente con productos más funcionales, como las unidades de carga de vehículos eléctricos (VE).

Los productos prácticos no suelen inspirar la misma emoción en el momento de la entrega que la apertura de los productos que se compran para darse un capricho. Los cargadores VE son una excepción a esta regla, porque su compra y la correspondiente experiencia del cliente están muy motivadas por la sostenibilidad. Por ese motivo, el unboxing es fundamental para las estrategias de embalaje de cargadores VE.

 

Más allá de las complejidades del embalaje tradicional

Una solución efectiva de embalaje necesitará siempre tener en cuenta el tamaño, la forma y el peso de un cargador VE. Las unidades constan normalmente de un componente sólido central, un elemento flexible como el cable de carga y otras partes más frágiles como fundas y cubiertas externas, que se abren y cierran.

Todas estas partes afectan la distribución del peso de una unidad de carga, creando diferentes puntos de presión que corren el riesgo de dañarse durante el transporte, el almacenamiento o la manipulación. La estrategia de embalaje debe contemplar este aspecto para ofrecer una protección óptima que impida que se dañen las superficies pulidas y brillantes del producto y la tecnología y microchips internos que posee.

Puede parecer lógico empezar por estas complejidades tradicionales como medio de fundamentar una estrategia de embalaje para los cargadores VE. Sin embargo, este sistema puede pasar por alto el valor que aporta la experiencia del cliente, un factor crítico que influye directamente en la reputación de la marca y en su éxito en el mercado VE, que crece muy rápidamente.

 

Priorizar la experiencia del cliente

Comprar un coche es un momento de ilusión para la mayoría de consumidores. Se podría decir incluso que los clientes ponen todavía más ilusión si se trata de comprar un VE. La tecnología sigue siendo bastante nueva y diferente para la sociedad, lo que aumenta la intriga y la expectación. Un VE también se considera un cambio responsable y sostenible respecto a los vehículos de combustible más convencionales, lo que puede hacer que la compra sea aún más satisfactoria.

Comprar un cargador VE está relacionado con todas estas emociones positivas de los consumidores, que se suelen asociar mucho más con el desembalaje de productos indulgentes y de capricho. La experiencia general de los clientes se ve impulsada por el sentimiento de orgullo de los consumidores por hacer un bien al medio ambiente y tomar la decisión correcta al optar por un medio de transporte más sostenible.

Las estrategias de embalaje de cargadores VE deben acomodar y potenciar este sentimiento del cliente en el momento de desembalar el producto para evitar riesgos de decepción e insatisfacción. El embalaje debe estar bien diseñado para que su apertura resulte sencilla y permita acceder fácilmente a un cargador totalmente protegido y en perfecto estado. También debe recurrirse al mínimo embalaje posible, de forma que los consumidores no tengan que preocuparse de los residuos. El volumen y tipo de embalaje deben estar en consonancia con las ventajas relativas a la sostenibilidad de los VE y tener eco entre un público que se esfuerza por reducir su huella de carbono.

El éxito del momento del desembalaje se define como una combinación de recibir un producto sin daños junto con un embalaje mínimo y correctamente especificado. Sin duda, lograr este objetivo requiere contemplar las características del embalaje y del producto más convencionales, como el tamaño, la forma y el peso, así como los retos operativos y de la cadena de suministro. Pero más allá de estos puntos y poniendo el desembalaje en el centro de la estrategia de embalaje de cargadores VE, puede ayudar a fomentar la satisfacción del consumidor y la recomendación. Esto podría resultar valioso para los fabricantes dispuestos a crear conciencia de marca y estimular las ventas en u mercado VE aún en fase temprana de crecimiento.