Reciclaje
Caso práctico de cliente

Colaboración para el reciclaje de ciclo cerrado con Tesco, Plastic Energy, SABIC y Bradburys Cheese

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Desafío

Grandes distribuidores de todo el mundo usan embalajes flexibles para conservar la frescura de los productos alimentarios, como quesos, carnes, productos horneados, frutas y verduras. Este plástico de un solo uso puede ser difícil de reutilizar o reciclar, aunque ahora es más esencial que nunca.

Para demostrar la viabilidad de un ciclo de reciclaje cerrado rentable y sostenible para este material, se requiere un gran esfuerzo de colaboración que compete a científicos, productores de alimentos, fabricantes de embalajes y grandes distribuidores.

 

 

Solución

En colaboración con Tesco, Plastic Energy, SABICBradburys Cheese, hemos iniciado un proceso para reciclar el plástico flexible que puede reutilizarse para fabricar nuevos envases seguros y aptos para alimentos. Este proceso de sostenibilidad, conocido como reciclaje de circuito cerrado, se produce cuando se recoge el plástico blando de los consumidores y se incorpora a los diseños de envases existentes para Bradburys Cheese. 

Tesco recoge y envía los materiales de embalaje flexible usados a Plastic Energy, que los convierte en aceite mediante un proceso de pirolisis. SABIC usa este aceite reciclado como alternativa al combustible fósil tradicional para fabricar nuevos pellets de plástico, que son seguros para su uso como envase alimentario. Sealed Air usa los pellets de resina nuevos para crear film de envasado con idénticas características de rendimiento y uso alimentario que el plástico virgen.

 

Resultados

  • Siete productos distintos de Bradburys Cheese se envasan con el diseño de plástico reciclado y se suministran en las tiendas de Tesco
  • El reciclaje de ciclo cerrado demuestra que los plásticos flexibles reciclados pueden convertirse en nuevos envases alimentarios
  • El envase nuevo contiene al menos un 30 % de material reciclado para reducir los residuos en los vertederos

 

Impacto en el sector

Este programa de reciclaje de ciclo cerrado destaca la gran importancia que la infraestructura y la colaboración tienen para el éxito de las nuevas tecnologías de reciclaje. La infraestructura es fundamental para que el reciclaje de ciclo cerrado se implante como un método más fácil y más convencional. Desarrollar e integrar los procesos que lo hacen posible requiere un esfuerzo inmenso.

La colaboración demuestra lo que puede ocurrir cuando las empresas ponen en común sus capacidades y conocimientos. Este proyecto es el primero de este tipo que demuestra que la tecnologías de reciclaje pueden reproducirse y mejorarse para estimular una economía más circular para el plástico.